lunes, 8 de noviembre de 2021
ENCINASOLA "Apuntes Históricos" Por D. Vicente Moreno y Moreno. 1947
Capitulo I
Encinasola es una población antiquísima; no usare el tópico
vulgarisimo, en fuer de tanto repetido, de que el origen de mi pueblo se pierde
en la noche de los tiempos, nebulosa que ciertamente envuelve los orígenes de la
misma Nación Hispana, cuando se pretende investigar cuales fueron y en que
tiempo aparecieron los primeros pobladores de la Península. Pero si estos se
apellidaron Iberos por los historiadores, y de entre aquellos primitivos
habitantes de España, los Turdetanos se extendieron por la Betica o Andalucia
abarcando también una parte de la Lusitania (Portugal), y los Bástulos habitaron
en la comarca que andando los tiempos hubo de formar el Condado de Niebla, y los
Beturios poblaron las estaciones de Sierra Morena, no será locura, ni siquiera
hipótesis aventurada, suponer que gentes de alguno de los citados pueblos,
fijaran su hogar en la que mas tarde se llamo Mons Ariarum, dada su situación
topográfica que lo convertía en punto estratégico por excelencia, máxime en
aquellas edades guerreras, de continuo batallar de unos pueblos con los otros,
sirviendo de base a la alimentación de los hombres de estas tierras el nutritivo
pan de bellotas. Mas en lo que no cabe duda posible, es sobre la existencia de
Encinasola en época anterior a la era cristiana, como puede comprobarse por los
mapas romanos, que la sitúan antes de la confluencia de los ríos Murtiga y
Ardila y por una lapida que se conserva en la pared de la Sacristía de nuestra
Iglesia Parroquial. Es una lapida que corresponde a los primeros años del
Imperio de Roma en ella se ve, refiriéndose a Cesar Augusto, los años que
ostento la dignidad senatorial y el tiempo que ejerció de Tribuno. Otra prueba
irrecusable de la antigüedad remota de Encinasola, era el Arco Triunfal elevado
en honor del Emperador Trajano El Magnifico llamado optimo Principe (Siglos I y
II de la Era Cristiana) monumento que se conservó desde aquella época hasta la
segunda mitad del Siglo XVIII, alzándoselos en el centro de esta población, en
el sitio que ahora se llama El Palomar. Los vecinos de Encinasola mas codiciosos
que amantes de las glorias historicas de su pueblo, derribaron y arrasaron el
Arco para utilizar las piedras, ladrillos y demás materiales de aquel hermoso
Monumento de la antigüedad, que todavía alcanzaron a ver y presenciaron su
destrucción personas que vivían a mediados de la pasada centuria. De dicho
Monumento, aun se ven hoy algunas columnas de mármol, que por su blancura debió
de ser de barraza, con inscripciones y signos ininteligibles, varias piedras
labradas que da pena verlas sirviendo de umbrales en algunas casas, ignorantes
acaso los que con glacial indiferencia las pisan a diario, que aquellas piedras
tienen tan remoto origen, y que pertenecieron a un bello monumento erigido para
perpetuar las victorias de Trajano, primer Emperador español que tuvo Roma, el
que atajo los males del despotismo y curo las llagas producidas por la anarquía
que señoreaba el Imperio; aquel varón esforzado, Emperador del pueblo mas grande
que conocieron los siglos, que dirigiéndose al Prefecto de la guardia pretoriana
hubo de decirle:”Toma esa espada y esgrímela en favor mío si cumplo con mi
deber, en contra si a el faltase”; palabras humorisimas que deberían conservarse
grabadas con letras de oro. . . . . . . . . . .
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